Vivimos en un mundo cada vez más saturado de productos, donde la publicidad es odiada por los consumidores, por lo que desde las agencias de marketing tenemos un trabajo un poco difícil…llamar la atención del cliente.
Antes esto se conseguía de una forma bastante sencilla a través de la televisión, después a través de campañas de street marketing y ahora con ayuda de la tecnología, a través de campañas llamativas.
El packaging no lo es menos, y actualmente son muchos los que hacen de sus propios packagings toda una maravilla, para que el cliente pueda interactuar y proporcionarle una experiencia de marca positiva. Uno de los ejemplos más recientes es el de McDonald’s Suecia, como os mostramos en el blog hace unos días, donde los niños podían convertir su packaging de Happy Meal en unas gafas de realidad virtual.
Se cree, que de aquí a 10-15 años, podremos ser avisados en el momento en que la comida va a caducar, o disponer de un menú automático de comidas según los alimentos que tengamos en casa. Pero no solo será un beneficio para los consumidores que verán facilitados muchos aspectos de su vida sino que, además, las empresas podrán registrar los datos de uso de los consumidores y recibir el feedback de manera inmediata.
Algo que ya está siendo aplicado por las marcas de productos de gran consumo son las llamadas “etiquetas inteligentes” a través de las que los consumidores pueden escanear los códigos incorporados para obtener más detalles sobre ese producto, algo que facilitará la identificación de productos con alérgenos para los consumidores que padezcan intolerancias.
Así, la interconexión de productos hace posible que ya se empiece a experimentar con nuevas ideas y proyectos y el lanzamiento de packagings que han dejado de ser un simple envoltorio para pasar a ser una herramienta más en el marketing de contenidos y una experiencia digital y conectada para los consumidores.